El Barrio Singuerlín, también conocido como Singuerlín, es un barrio situado en Santa Coloma de Gramenet, en la provincia de Barcelona, España. Es conocido por ser un barrio multicultural y diverso, con una población variada de diferentes culturas y nacionalidades.

Singuerlín, en Santa Coloma de Gramenet, es un crisol de historia y modernidad en el corazón del área metropolitana de Barcelona. Históricamente un área industrial, ha experimentado una notable transformación urbanística y social en las últimas décadas. Surgido en las décadas de 1910 en barrios marginales, Singuerlín ha evolucionado hacia una comunidad próspera y diversa. A pesar de los desafíos socioeconómicos, el barrio ofrece una gama de servicios públicos, comercios y espacios recreativos, y su ubicación estratégica cerca de Barcelona lo hace atractivo para la vivienda y la inversión inmobiliaria.

La riqueza histórica de Singuerlín se manifiesta en hallazgos arqueológicos que datan de la época neolítica, incluido un poblado ibérico, y se complementa con modernos equipamientos como bibliotecas, guarderías y un mercado inaugurado en 1974, que no solo satisfacen las necesidades básicas de los residentes, sino que también fomentan el desarrollo cultural y social de la comunidad.

Ubicado en una colina, Singuerlín ofrece vistas panorámicas y una sensación de comunidad arraigada. Conocido también como Can Franquesa, este barrio se extiende sobre tres áreas diferenciadas: Can Franquesa, Guinardera y el propio Singuerlín. Sus grandes desniveles hacen que el transporte público, especialmente el autobús, sea vital para la vida diaria de sus habitantes, especialmente los mayores. Aunque cuenta con la magnífica estación de metro de la Línea 9 que lleva su nombre, también se ha destacado por la ausencia de escaleras mecánicas, un hecho que contrasta con otras zonas de la ciudad. Sin embargo, desde 2011, un elevador exterior ha facilitado la movilidad, salvando 33 metros de desnivel y conectando las calles de Còrdova y Menorca.

Singuerlín también es hogar del CF Singuerlín, su propio equipo de fútbol, que refleja la pasión deportiva arraigada en la cultura local. Además, el barrio alberga el complejo La Pallaresa y el recinto Torribera, junto con equipamientos de altísima calidad arquitectónica que buscan satisfacer las demandas de movilidad y las necesidades culturales, sociales y educativas de sus habitantes. En resumen, Singuerlín es mucho más que un barrio; es un símbolo de la resiliencia, la diversidad y la evolución constante de la comunidad urbana.